Milei reordena el poder: Karina manda, Caputo cae y Bullrich sube

La implosión del oficialismo libertario tras el traumático cierre de listas marcó el fin del “Triángulo de Hierro”, el esquema de poder con el que Javier Milei condujo su primer año y medio de gobierno. El desplazamiento de Santiago Caputo a un rol decorativo como “estratega” y la coronación definitiva de Karina Milei como jefa política del espacio reconfiguran la arquitectura interna de La Libertad Avanza en medio de una feroz disputa por el control de los resortes del poder.

La caída de Caputo, cerebro comunicacional y operador político de los libertarios, fue tan rápida como humillante. La decisión de Karina Milei de vaciarlo del armado territorial –delegado ahora a Eduardo Menem– lo dejó en shock. Según trascendidos, amagó con renunciar esta semana, pero permanecerá en funciones, aunque corrido de las decisiones políticas clave. El periodista Alejandro Fantino, cercano al Presidente, confirmó que el asesor seguirá manejando la "estrategia no terrenal", en palabras cargadas de ironía.

En paralelo, Milei dejó saber que el llamado “Triángulo de Hierro”, que integraban Karina, Caputo y el propio Presidente, está “en reconfiguración”, eufemismo para describir su disolución definitiva. Quien capitaliza ese vacío es Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, que gana terreno como nueva figura de confianza. Se espera que, después de diciembre, sea la encargada de maniobrar en el Senado, donde Milei desconfía profundamente de la vicepresidenta Victoria Villarruel, a quien acusa de operar con el peronismo para desestabilizarlo.

El antimileísmo se consolida y abre espacio a una tercera vía federal

Karina Milei, en tanto, emerge como la figura indiscutida del armado libertario. Tras imponerse en el cierre de listas, concentró todo el poder político en su entorno y desplazó a los antiguos aliados de Caputo, como el operador digital "Gordo Dan" o su socio Guillermo Garat, vinculado al manejo de la pauta de YPF. La parálisis de las redes libertarias desde el sábado revela el desconcierto del búnker comunicacional.

A pesar del golpe, Caputo conserva áreas sensibles del Estado: mantiene bajo control el ARCA, la Aduana, la SIDE informal y el área de Salud. También sostiene su red de trolls pagos, entre ellos el usuario “Juan Doe”, que fue premiado con un contrato millonario. No obstante, su futuro está atado a un hilo. En el ecosistema libertario, los ciclos de poder son fugaces, y el margen de error, nulo.

La tensión en la cúpula libertaria contrasta con el silencio absoluto de Las Fuerzas del Cielo, el espacio que Caputo había erigido como núcleo militante digital. La falta de reacción frente al desplazamiento de su líder sugiere que el quiebre interno es irreversible. Algunos de sus cuadros intentarán recomponerse esta semana, como el propio “Gordo Dan”, que buscará mostrarse con el Presidente en Córdoba para dar una señal de supervivencia.

El proceso de concentración de poder en torno a Karina Milei no solo sepulta el experimento horizontal que Milei pretendió construir, sino que sella un nuevo ciclo político: el de una jefatura unipersonal que empieza a mirar con desconfianza a los antiguos aliados y coquetea con figuras como Bullrich, en busca de equilibrio. En esa lógica, Caputo quedó reducido a una sombra de sí mismo.