
Las sillas vacías de De Angeli y Olalla dejaron sola a Cora en la votación de tres leyes sociales y expusieron la influencia del gobernador sobre la bancada provincial.

Redacción EL ARGENTINO
El Senado sesionó el jueves para aprobar por unanimidad el aumento del 7,2 % y un bono de 110 000 pesos para jubilados, la prórroga de la moratoria previsional y la Ley de Emergencia en Discapacidad. Aunque cada proyecto concitó el respaldo de todo el arco opositor y de parte del oficialismo libertario, la representación de Entre Ríos exhibió un dato ineludible: solo la peronista Stefanía Cora ocupó su banca y votó afirmativamente. Los otros dos escaños, pertenecientes a Alfredo De Angeli (PRO) y Stella Maris Olalla (UCR), permanecieron vacíos durante las tres votaciones.
La ausencia coordinada desató especulaciones inmediatas. Ambos legisladores integran el frente provincial que gobierna Rogelio Frigerio y, según fuentes parlamentarias, optaron por no contradecir la línea de la Casa Gris ni enfrentar al presidente Javier Milei, decidido a vetar las iniciativas por considerarlas “incompatibles con el equilibrio fiscal”. Horas antes de la sesión, Frigerio había recibido a sus legisladores en la Casa de Gobierno entrerriana para repasar el plan de austeridad con el que busca arribar a 2026 con cuentas equilibradas y margen para retomar la obra pública. El silencio posterior de dos de sus principales voceros en el Senado parece haber sido parte de la misma partitura.
De Angeli ensayó una explicación técnica: denunció falta de convocatoria a la comisión que dictaminó el aumento jubilatorio y reclamó “más debate”. Sin embargo, la opción de ausentarse en lugar de votar en contra le permitió alinearse con la estrategia nacional sin cargar con el costo político de rechazar beneficios sociales. Olalla, en cambio, evitó cualquier declaración y alimentó la percepción de obediencia directa al Ejecutivo provincial.
La senadora Cora se quedó a solas para defender la Ley de Emergencia en Discapacidad. Desde su banca advirtió que la agenda oficial “pretende hacernos creer en las sirenas del déficit cero” y que la norma busca “reparar una injusticia agravada por la devaluación de diciembre de 2023”. Su intervención fue celebrada por organizaciones de jubilados y colectivos de personas con discapacidad, que reclamaban señales contundentes ante el deterioro del poder adquisitivo.
Las ausencias no pasaron inadvertidas en la provincia. Sindicatos estatales, centros de jubilados y referentes de discapacidad cuestionaron lo que consideran “obediencia debida” de De Angeli y Olalla. Distintas filiales de la Asociación Trabajadores del Estado señalaron que los entrerrianos “quedaron con una voz menos en el recinto” y pidieron a los legisladores “rendir cuentas” por su conducta en un tema sensible.
En el plano político, la jugada abre interrogantes de cara a las legislativas de 2027. El bloque frigerista necesitará sostener su capital electoral fuera de la capital provincial y la decisión de esquivar la votación socialmente más resonante del año podría convertirse en munición para la oposición. Cora, en cambio, capitaliza el contraste y refuerza su perfil de legisladora presente en los debates centrales.
La escena final dejó una postal elocuente: una senadora votando en soledad mientras dos bancas quedaron vacías. Más allá del resultado —la ley pasó al veto—, el episodio confirmó que, cuando la Casa Gris lo dispone, la disciplina partidaria puede ser más fuerte que la obligación de expresar la voz de los entrerrianos en el Congreso.
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