Caminaron durante seis días, desde Concordia hasta la casa de gobierno, en la Ciudad de Buenos Aires, para reclamar la emergencia en el sector. Ninguna autoridad los recibió, por lo que ahora, prometen, instalar una carpa a modo de protesta.
Redacción EL ARGENTINO
Gilda Marcela Krinkovich es madre de un hijo con Asperger y prestadora en discapacidad. Junto a Daniel Miñon y Jesús Benera, ambos transportistas del sector, comenzaron a desandar los 459 kilómetros que separan la ciudad entrerriana de la casa de gobierno. La idea inicial era caminar todo el trayecto, pero, por seguridad, una parte la hicieron en auto.
Si bien, en diálogo con EL ARGENTINO, la propia Krinkovich había expresado su intención de ser recibida por el presidente Javier Milei o por su hermana, Karina, para entregar un petitorio y hacer oír el reclamo de miles de familias, eso no pudo ser. Lo que, por un lado “genera angustia por la falta de empatía”, pero no reciente la fuerza de estas familias, acostumbradas a peregrinar para que se cumplan sus derechos.
El miércoles de la semana pasada arrancaron desde Concordia, para hacer parada en Ubajay, Colón, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, en un primer tramo. Allí fueron abrazados por asociaciones y organizaciones relacionadas al sector de la discapacidad.
“En Gualeguaychú nos recibió la gente de Casa Club y TGD Padres TEA. Nos alojó Alicia Ferrer, de Casa Club, es su propia casa, nos hicieron unos ricos tallarines caseros y nos dieron mucho amor y afecto”, destacó Krinkovich. “De Gualeguaychú hasta Ceibas nos acompañaron dos papás en bicicleta, algo que nos levantó un montón, nos dio mucha energía sentirnos acompañados”, remarcó.
La camita continuó por Ceibas, Zárate y Campana. “El trayecto que va desde Campana hasta la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) lo hicimos en auto, por una cuestión de seguridad. Todo el mundo nos dijo que era muy peligroso hacerlo caminando, entonces resolvimos llegar en auto, pero llegamos que es lo importante”.
“En la Andis volvimos a dejar un petitorio para su director, Diego Spagnolo. Uno más de los tantos que hemos dejado, para tener una reunión con el funcionario, quien cortó el diálogo desde marzo”, relató la pedagoga diferencial.
“Desde la Andis caminamos hasta la Casa Rosada, que son 15 kilómetros aproximadamente. Allí, entregamos un petitorio de la Asociación Civil Prestadores y Discapacidad Unido (PDU) y otro firmado por un grupo de padres de Gualeguaychú, pedimos ser recibidos por una autoridad, pero nos dijeron que no y sólo nos recibieron las notas”, lamentó.
A todo el arco político
“La caminata simbolizó lo solo que estamos, lo solo que está el sector de discapacidad. Nos angustió muchísimo que ningún medio nacional haya querido contar nuestra travesía. Es una lástima porque la discapacidad atraviesa todo tipo de color político y eso es lo que más duele. Más allá de eso, estamos muy contentos porque hemos cumplido nuestro cometido de llegar hasta la Casa Rosada”, indicó la profesional correntina.
“El martes a la tarde nos recibió el diputado nacional Daniel Arroyo (PJ), quien nos invitó a ser parte de un evento que se estaba realizando porque él se postula a ser nuevamente diputado nacional. Le dije que tanto él como su partido y los representantes de todos los colores políticos tienen que interiorizarse y comprometerse con la discapacidad, que no sea sólo una cuestión para tener más votos, sino que se hagan cumplir las leyes vigentes, porque está muy bien que las leyes salgan, pero si no se implementan son palabras vacías”, apuntó Krinkovich.
Y cerró: “Los plazos determinan que el presidente tiene hasta el viernes para vetar la ley (de Emergencia en Discapacidad). En el caso de que la ley sea vetada nosotros vamos a instalar una vez más una carpa como forma de protesta. No vamos a bajar los brazos, vamos a estar más firmes que nunca por los derechos de todos. Por el derecho de las personas con discapacidad y de los prestadores del sector”.