Antivacunas: “Un comentario sin sustento puede sembrar dudas en familias que ya están inseguras o desinformadas”

El pediatra y neumonólogo infantil de Gualeguaychú, Dr. Federico Gini Cambaceres, alertó en diálogo con EL ARGENTINO sobre el descenso sostenido en las tasas de vacunación en la provincia y en el país. “Ninguna vacuna alcanzó la meta programática del 95% en 2024”, comentó, y advirtió que el brote de coqueluche con fallecimientos recientes es una muestra de lo que puede suceder si no se revierte la tendencia.

Alarmante caída en refuerzos infantiles y adolescentes

“Las caídas más marcadas se observan en vacunas fundamentales del Calendario Nacional de Vacunación”, dijo a EL ARGENTINO el Dr. Cambaceres. Entre ellas, mencionó la triple viral a los 5 años, con apenas un 46% de cobertura, cuando hace menos de una década rondaba el 90%. También la poliomielitis, que descendió del 88% al 47%, y la triple bacteriana, actualmente cerca del 46%.

En adolescentes, la vacuna contra el HPV muestra un descenso importante, con coberturas del 55% en mujeres y 51% en varones. Las vacunas de gestantes, como la dTpa y la nueva vacuna materna contra VSR, también registran valores preocupantes, por debajo del 70%.

Cinco fallecimientos notificados

El especialista subrayó que “las consecuencias ya están ocurriendo”. Argentina atraviesa un brote de coqueluche con un incremento de casos en menores de 5 años y cinco fallecimientos notificados. “Esto está directamente asociado con la baja cobertura de vacunación”, comentó.

A mediano plazo, el riesgo mayor es la reaparición de enfermedades que estaban controladas o eliminadas, como el sarampión, la rubéola, la poliomielitis y la hepatitis A. “Cuando las coberturas bajan del 70%, la población pierde la inmunidad colectiva necesaria para frenar brotes. Eso significa más internaciones, más complicaciones graves e incluso muertes evitables”, advirtió a EL ARGENTINO.

Factores sociales, culturales y económicos detrás de la baja

El pediatra sostuvo que la disminución en la vacunación “es algo que se observa en la práctica diaria”. En Gualeguaychú, se ven más niños y adolescentes con esquemas incompletos, familias que desconocen qué vacunas corresponden por edad y un número creciente de embarazadas sin las dosis indicadas.

Consultado sobre las causas, explicó que “no hay un solo motivo que lo explique; es complejo y multifactorial”. Entre los principales factores, enumeró:

La menor percepción de riesgo: “Muchas familias ya no conocen enfermedades que antes eran frecuentes y graves. El último caso de sarampión autóctono en Argentina fue en 2002”.

• La desinformación persistente, amplificada por redes sociales.
• Creencias y mitos erróneos respecto de vacunas seguras y con décadas de experiencia.
• La dificultad de concurrir a los vacunatorios en días hábiles y horarios diurnos, especialmente en familias trabajadoras.
• Los efectos post pandemia, que alteraron rutinas y consultas preventivas.

En cuanto a lo económico, señaló que aunque las vacunas son gratuitas, “llegar al centro de salud no siempre lo es”. El costo del transporte, los días de trabajo perdidos, la dificultad logística para familias monoparentales y los problemas para obtener turnos constituyen barreras reales en el acceso.

Estrategias de recuperación

El médico Cambaceres destacó que las autoridades sanitarias nacionales y provinciales están impulsando estrategias para recuperar las coberturas perdidas. “Se trabaja en conjunto con organizaciones como la Sociedad Argentina de Pediatría y con la Organización Panamericana de la Salud”, dijo.

Entre las medidas, mencionó la recuperación activa de esquemas incompletos, la búsqueda nominalizada de niños, adolescentes y embarazadas que no recibieron las dosis correspondientes, y el fortalecimiento del trabajo en terreno mediante operativos en centros de salud, escuelas y espacios comunitarios.

También se amplían horarios de atención, se asegura la disponibilidad de insumos y se sostiene la capacitación continua del equipo de salud. “Estas medidas son fundamentales para evitar la reemergencia de enfermedades que ya habían sido eliminadas en nuestro país”, comentó.

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El desafío de la confianza social

Al referirse a los discursos antivacunas, el profesional afirmó: “Un mensaje falso puede difundirse mucho más rápido que la información científica, y cuando circula en ámbitos cercanos —como escuelas o grupos de padres— genera un impacto desproporcionado”, comentó a EL ARGENTINO. “Un comentario sin sustento puede sembrar dudas en familias que ya están inseguras o desinformadas. Por eso, es fundamental que los profesionales de la salud y las instituciones respondamos con información clara y accesible”.

Respecto a la comunicación, subrayó que “en el marco de los brotes actuales se están desarrollando campañas orientadas a familias, adolescentes y personas gestantes”. La Sociedad Argentina de Pediatría insiste en la necesidad de campañas masivas, claras y sostenidas, que refuercen el valor social de las vacunas, su carácter gratuito y obligatorio, y la seguridad demostrada a lo largo de décadas.

Finalmente, advirtió sobre el impacto de la pérdida de confianza: “Las coberturas bajas generan un escenario de fragilidad inmunológica colectiva. Se debilita la protección comunitaria y reaparecen enfermedades que estaban eliminadas, como el sarampión o la rubéola, o aumentan los brotes de infecciones graves como la tos convulsa”.

“Las vacunas son una herramienta segura, probada y eficaz, y representan simultáneamente un derecho para la niñez y una obligación del Estado. Recuperar la confianza social en los programas de inmunización es clave para proteger a la población, especialmente a los grupos más vulnerables”, concluyó el profesional.

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