Convocan al ciudadano común a marchar contra el incumplimiento de la ordenanza. La iniciativa se organizó junto a padres de niños con TEA, y profesionales de la salud, en un frente común que busca visibilizar este padecimiento colectivo.
Redacción EL ARGENTINO
En Gualeguaychú, la pirotecnia volvió a desbordar las calles durante las fiestas, dejando en evidencia que la ordenanza municipal que prohíbe su uso no se cumplió. Animales aterrados, niños con crisis de angustia, personas dentro del espectro autista y adultos mayores con problemas de salud fueron los protagonistas invisibles de una noche que debería haber sido de celebración, pero que se transformó en un calvario.
La Asociación proteccionista Patitas, encabezada por Coqui Carbó, denunció públicamente la falta de control y la ausencia de medidas concretas por parte del Estado Municipal. “Tenemos una ordenanza que hay que cumplir. Desde el lado del proteccionismo, los padres TEA, no tenemos ningún tipo de apoyo”, expresó Carbó, a EL ARGENTINO, subrayando que la responsabilidad de garantizar el cumplimiento de la normativa recae en las autoridades locales.
El reclamo no es nuevo: cada año se repite el mismo escenario. Se sabe dónde se vende pirotecnia, se publican teléfonos para denunciar, pero nadie atiende. La ciudadanía queda librada a su suerte, mientras los expendios proliferan en toda la ciudad. “No es pecado ser bruto, pero sí es pecado ser cruel. Y si está en tus manos poder hacer algo y no lo haces, es cruel”, denunció Carbó, instando a que se realicen inspecciones en la vía pública.
Una marcha ciudadana como respuesta
Ante la inacción oficial, Patitas decidió convocar a una marcha el martes 30 de diciembre a las 20 horas en 25 y Rocamora, que finalizará frente a la Municipalidad. Allí se leerán palabras de reflexión y se exigirá que el Estado cumpla con su deber. La iniciativa se organiza junto a padres de niños con TEA y profesionales de la salud, en un frente común que busca visibilizar el padecimiento colectivo.
Se convoca al ciudadano común, a quienes aman a los animales, a quienes conviven con personas del espectro autista, a quienes cuidan de adultos mayores y enfermos. Porque la pirotecnia no distingue y su impacto atraviesa a toda la comunidad. “Esto es un abanico de posibilidades donde tendríamos que estar todos. Este llamado tendría que hacerlo el Estado”, enfatizó Carbó.
El Estado Municipal en deuda
La crítica central apunta a la Secretaría de Inspección Municipal, que debería garantizar el cumplimiento de la ordenanza. Sin embargo, los teléfonos de denuncia permanecen desatendidos y los controles brillan por su ausencia. La falta de acción no solo vulnera la normativa vigente, sino que expone a la población más vulnerable a un sufrimiento evitable. La ordenanza existe, pero sin voluntad política y sin controles efectivos, se convierte en un gesto vacío. La comunidad reclama empatía, responsabilidad y acción. No se trata de un capricho proteccionista: se trata de salud pública, de respeto por la vida y de garantizar derechos básicos.
Esta marcha convocada para el martes 30 de diciembre busca ser un punto de inflexión. No es una protesta aislada, sino un llamado a la unidad. La consigna es sencilla pero contundente: “No a la pirotecnia. No al maltrato animal, también. Sí al cumplimiento de la ordenanza. Sí a la empatía.” Este martes, a las 20 horas en 25 y Rocamora, Gualeguaychú tendrá la oportunidad de demostrar que la comunidad puede alzar la voz cuando el Estado calla.