La Unión Europea decidió aplazar la rúbrica del tratado comercial tras el bloqueo de Francia e Italia y fuertes protestas de productores agrarios en Bruselas.
Redacción EL ARGENTINO
La firma del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, prevista para este sábado en el marco de la cumbre del bloque regional en Foz de Iguazú, fue postergada para enero. El anuncio fue realizado por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en medio de un escenario de tensiones políticas internas y masivas protestas de trabajadores agrarios en Bruselas.
El tratado debía rubricarse durante el encuentro en el que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, traspasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par de Paraguay, Santiago Peña. Sin embargo, la falta de consenso dentro de la Unión Europea obligó a suspender la firma.
Horas antes, Lula había revelado que la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, le solicitó demorar el acuerdo para contar con más tiempo de análisis. Según relató el mandatario brasileño, la jefa del gobierno italiano manifestó que en un plazo de semanas su país podría acompañar la iniciativa, una vez evaluadas mayores garantías para el sector agrícola.
Fuentes diplomáticas europeas señalaron que la decisión de no avanzar esta semana respondió al bloqueo de Francia y a las objeciones planteadas por Italia, lo que hizo inviable alcanzar la mayoría cualificada necesaria para autorizar la firma. Ese aval requiere el apoyo del 55% de los Estados miembro que representen al menos el 65% de la población de la Unión Europea.
El aplazamiento significó un revés para la Comisión Europea y para países como Alemania, España y los Estados nórdicos, que impulsaban una pronta concreción del acuerdo tras más de dos décadas de negociaciones.
La definición se adoptó durante la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los 27 países de la Unión Europea, que se desarrolla este jueves y viernes en Bruselas. En paralelo, la capital belga fue escenario de una multitudinaria movilización de agricultores que rechazan el tratado por considerar que los expone a una competencia desleal.
Durante la protesta se registraron incidentes, con lanzamiento de bombas de humo, pirotecnia y productos agrícolas, mientras que la policía respondió con gases lacrimógenos y camiones hidrantes para dispersar a los manifestantes.
El acuerdo prevé una mayor apertura del mercado sudamericano para productos industriales europeos, como vehículos y maquinaria, y un acceso ampliado al mercado europeo para bienes agroalimentarios del Mercosur, entre ellos carne, arroz, miel y soja. Este punto es uno de los principales focos de resistencia de los productores europeos, que advierten sobre el impacto de normas de producción más flexibles en los países sudamericanos.