Reclamo y preocupación en el Día de la Discapacidad: la Ley de Emergencia sigue sin aplicarse

En 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, con el objetivo de promover una mayor integración en la sociedad. En Argentina, la fecha también tiene alcance nacional desde el año 2000, cuando se instituyó por Ley 25.346.

En 2025, el día encuentra al país en medio de un escenario complejo: aunque la Ley de Emergencia en Discapacidad fue sancionada tras una extensa lucha del sector y ratificada por ambas cámaras del Congreso luego del veto presidencial, la norma aún no se implementa. La falta de avances profundiza la preocupación de familias, instituciones y profesionales del sistema, que advierten un deterioro creciente en los servicios y en las condiciones de atención.

En este contexto, Pablo Recchia, referente y militante del sector, escribió para EL ARGENTINO un mensaje que llama a la reflexión y describe la situación actual como crítica. “Este 3 de diciembre, día Internacional de las PCD reflexionemos: como padre de una mujer con Síndrome de Down, como militante en discapacidad hace más de 30 años, como referente nacional en estos temas y representante de organizaciones afines, entre otras cosas que me avalan, pido que reflexionemos: qué conmemoramos este 3 de diciembre?, qué tenemos que festejar?, qué es lo que tenemos que comunicar?”, expresó, enumerando una serie de preocupaciones: “Se pierden derechos adquiridos; se violan legislaciones constitucionales; se suspenden prestaciones y servicios esenciales para personas con discapacidad; se caen los sistemas de apoyo; se destapan actos de corrupción inéditos en Argentina en detrimento de las Pensiones con Discapacidad; se agravia en todo momento a las personas con discapacidad y todos sus colectivos”.

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Recchia también convocó a abrir instancias de diálogo “para que esta perversa política y persecución se termine de una vez, en nombre del déficit cero y el ajuste que este gobierno pretende hacer sobre las franjas más vulnerables”. Y remarcó: “Nuestros hijos, por su condición, no son la variante del ajuste, ni ciudadanos de segunda o tercera categoría”.

Un debate que vuelve a la base: la inclusión real

La fecha vuelve a poner en discusión la necesidad de pensar políticas de inclusión que trasciendan el plano declarativo y se traduzcan en acciones concretas. “Nuestros hijos son sujetos de derechos según la CDPCD de ONU, ley 26378, y de nuestra Constitución Nacional, art. 75 inciso 22. La vida de todos los colectivos de personas con discapacidad, de por sí, ya es difícil, y se la estamos haciendo caprichosamente peor, angustiante, violenta, perversa, injusta, con precariedad, innecesariamente”, advirtió Recchia.

Anuncios oficiales insuficientes

A fines de octubre, la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) anunció un aumento de entre el 29% y el 35% en las prestaciones, a pagarse en tres tramos entre octubre y diciembre. La medida fue recibida con cautela y también con desconfianza por parte de instituciones y profesionales que, desde hace meses, reclaman actualizaciones que acompañen la inflación y pagos en tiempo y forma.

Según señalaron referentes del sector, los montos anunciados continúan muy por debajo de las necesidades reales. “Estos aumentos vienen atrasados en un 70%. Lo presentan como una solución definitiva, pero todos sabemos que no lo es (…) seguimos trabajando con recursos que no alcanzan”, plantearon.

En su reflexión, Recchia fue contundente: “Este 3 de diciembre no tenemos alegrías, no tenemos un norte que nos guíe, no vemos futuro ni claridad. Hay desesperados intentos de familias, instituciones, prestadores, profesionales por subsistir y vemos que la decadencia es aún mayor día a día. Hay intentos y buenas intenciones. Pero no alcanza”.

Un cierre que es también un llamado

El referente concluyó su mensaje subrayando la necesidad de un Estado presente: “Necesitamos políticas públicas en discapacidad y un Estado presente y responsable para que garantice que los sistemas funcionen y no dejen desamparadas a miles y miles de familias. Hay intentos y buenas intenciones. Pero no alcanza. Tenemos que seguir generando conciencia y docencia ante tanta mentira y confusión. Nuestra lucha comienza sistemáticamente cada vez que se producen estas injusticias, y lo seguimos haciendo; ese será nuestro legado”.