Hidrógeno Verde: Asambleístas de Colón llevaron a Uruguay su rechazo a la planta de combustibles sintéticos

El lunes 29 de septiembre, vecinos, vecinas y organizaciones de la ciudad de Colón presentaron documentación en los ministerios de Ambiente y de Relaciones Exteriores de la República Oriental del Uruguay para manifestar su rechazo a la ubicación propuesta por la empresa HIF Global para la construcción de una planta de combustibles sintéticos en Paysandú, a poco más de tres kilómetros de la costa argentina.

La acción se realizó con el acompañamiento jurídico de la Asociación Argentina de Abogadas y Abogados Ambientalistas (AAdeAA) y del Colectivo de Acción por la Justicia Ecosocial (CAJE). En la presentación, los colonenses adjuntaron planillas con firmas de vecinos certificadas por el Juzgado de Paz de Colón, además de fundamentos técnicos y legales que cuestionan la viabilidad del emplazamiento elegido.

Reclamo binacional

Los documentos ingresados a las dependencias estatales uruguayas, a la cual EL ARGENTINO tuvo acceso, remarcan que, antes de cualquier autorización, el gobierno de ese país debe dar intervención a la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) en proyectos que puedan tener impacto sobre la cuenca. Recordaron que este criterio fue establecido por la Corte Internacional de Justicia en el fallo por el caso Botnia, cuando resolvió el conflicto por la pastera instalada en Fray Bentos.

En esa línea, los vecinos cuestionaron que se haya abierto un proceso de consulta sobre la viabilidad de la ubicación sin contar aún con un Estudio de Impacto Ambiental. “El manifiesto expuesto detalla posibles afectaciones al sistema natural y a la comunidad de Colón, pero remite a un estudio futuro. Eso impide evaluar con seriedad los riesgos y analizar alternativas de localización”, sostuvieron.

Otro de los ejes de la presentación fue la falta de estudios específicos sobre el Sistema Acuífero Guaraní. Según advirtieron, el proyecto se limita a un tratamiento genérico de este recurso estratégico, sin evaluar las áreas de recarga y descarga ni el impacto que podrían tener las aguas residuales y otros desechos industriales. “No se puede definir ubicación sin estudios previos y rigurosos sobre la incidencia en los acuíferos”, plantearon.

La documentación también hizo referencia a la necesidad de dar participación a espacios binacionales y regionales. En particular, se pidió la intervención del proyecto “Adaptación al cambio climático Río Uruguay”, impulsado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el fin de generar un debate amplio que contemple una “transición ecosocial construida por los pueblos hermanos y sus comunidades”.

La presentación fue firmada por un abanico de instituciones y colectivos locales: asociaciones de prestadores turísticos, corredores inmobiliarios, sindicatos, instituciones de salud, centros de jubilados, colectivos ambientales y culturales, entre otros. Desde hace meses, estas organizaciones vienen reclamando instancias de diálogo tanto con el gobierno uruguayo como con la empresa, alertando sobre los impactos que la planta podría tener en áreas sensibles como el trabajo, la salud, el turismo, el patrimonio y el ambiente.

Al mismo tiempo, continúa la recolección de firmas en Colón para exigir la relocalización. “Se trata de un grito desesperado para frenar este atropello sobre la vida, el trabajo, la salud y el ambiente de quienes habitamos la costa del río Uruguay”, señalaron en el texto ingresado a las oficinas oficiales en Montevideo.

La postura uruguaya

La semana pasada, antes de la última presentación de los vecinos de Colón, se conoció la postura de la ministra de Industria, Energía y Minería de Uruguay, Fernanda Cardona. La misma fue consultada en rueda de prensa sobre los planteos argentinos y descartó que la planta pueda ser relocalizada. “Las distancias no pueden modificarse mucho por los recursos que necesita”, aseguró.

Cardona reconoció que existen “intercambios” con las autoridades argentinas, aunque relativizó la idea de que se trate de reclamos formales. Al mismo tiempo, explicó que HIF Global reformuló “su dibujo y su estrategia de ingeniería” y que actualmente trabaja en la adecuación del proyecto original presentado durante el gobierno anterior, a fin de cumplir con los requerimientos ambientales exigidos por la actual administración.

Un conflicto que se profundiza

Los cuestionamientos desde Colón y otros puntos de Entre Ríos no son nuevos. Desde que se conoció la intención de HIF Global de construir la planta de combustibles sintéticos en Paysandú, a orillas del río Uruguay, distintas organizaciones vienen alertando que las instalaciones quedarían más cerca de la ciudad argentina que de la uruguaya.

Por otra parte, durante el "Encuentro con el Patriarca", el intendente de Colón —la ciudad fronteriza con Paysandú—, José Luis Walser, renovó el pedido ante la prensa local de que la planta de hidrógeno verde sea relocalizada en predios alternativos cercanos que, manteniendo las condiciones logísticas necesarias y sin afectar la traza ni la viabilidad técnica del proyecto, permitan mitigar el impacto visual y paisajístico sobre el territorio argentino que se sustenta en la actividad turística. Walser subrayó que el planteo de Colón “se realiza por las vías diplomáticas e institucionales” y que la relocalización propuesta “no altera el espíritu del proyecto ni sus requerimientos técnicos (accesos, ferrocarril y rutas), pero reduce el impacto sobre nuestra costa y protege el paisaje que sostiene la economía turística de toda la microrregión”.

El contrapunto recuerda inevitablemente al conflicto bilateral de principios de los 2000 por la pastera Botnia en Fray Bentos, que marcó un antes y un después en la relación entre ambos países y en la agenda ambiental del río Uruguay. En este caso, los vecinos de Colón buscan que los organismos binacionales y regionales intervengan antes de que se avance con obras que, advierten, podrían tener consecuencias irreversibles.