
El agro liquidaría hasta US$7400 millones en junio, pero vuelve la presión tributaria para soja y maíz

Redacción EL ARGENTINO
Con el cierre de junio termina la vigencia de la rebaja temporal en los derechos de exportación para la soja y el maíz, una medida que estuvo activa desde enero y que generó un repunte significativo en las ventas externas del agro. El regreso de las alícuotas plenas, sin embargo, genera malestar en el sector y abre un nuevo capítulo en la histórica disputa entre el campo y el Estado por las retenciones.
A partir de mañana, la soja volverá a tributar el 33% –tras haber bajado al 26% en el semestre– y el maíz pasará del 9,5% al 12%. En contraste, el trigo y la cebada mantendrán los beneficios hasta marzo de 2026. Pese al final del incentivo, el resultado económico de la medida fue notable: el mes de junio podría cerrar con un ingreso de divisas récord, estimado entre US$6000 y US$7400 millones, según operadores del mercado.
Además del impacto en dólares, se disparó el volumen exportado. Las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) treparon a 21,3 millones de toneladas, más del doble de lo registrado en abril y mayo. Aunque parte de esas exportaciones se liquidarán en julio, el impulso del alivio fiscal fue clave para este repunte.
Desde el Gobierno, destacan que el objetivo se cumplió: generar ingreso extraordinario de divisas en un momento crítico. El Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina calculó que la medida reportó un beneficio fiscal de US$544 millones para los productores, de los cuales el 81% correspondió a la soja.
Sin embargo, las entidades del agro expresaron su rechazo al regreso de las alícuotas originales. La Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) advirtió que la suba “quita competitividad en plena etapa de planificación de la próxima campaña”, y la Mesa de Enlace reiteró su postura de eliminar los derechos de exportación por completo.
“El campo necesita previsibilidad, no más presión tributaria. Las retenciones son un impuesto distorsivo que desincentiva la producción”, señalaron desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). En el mismo sentido se pronunció la Federación Agraria, que advirtió sobre el “impacto en las economías regionales y en el empleo rural”.
A pesar del repunte exportador, el contexto para el agro no es sencillo: los costos de producción siguen altos, los precios internacionales se mantuvieron bajos durante el semestre y las perspectivas climáticas para la nueva campaña son inciertas. El alivio temporal permitió una recuperación parcial, pero con el regreso de las alícuotas completas, el escenario vuelve a tensionarse.
La discusión sobre el régimen de retenciones se reabre con fuerza y pone al Gobierno frente a un dilema: sostener el equilibrio fiscal sin asfixiar al sector que hoy sigue siendo uno de los mayores generadores de divisas para el país.
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