La Bolsa de Comercio de Rosario estima una producción de 23 millones de toneladas, impulsada por un clima favorable y rindes excepcionales en casi todo el país.
Redacción EL ARGENTINO
La Argentina podría alcanzar una de las cosechas de trigo más grandes de su historia. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectó una producción nacional de 23 millones de toneladas para la campaña 2025/26, un volumen que igualaría el récord histórico logrado en el ciclo 2021/22. Según el informe de la entidad, el cultivo atraviesa “una inédita situación de desarrollo” y los técnicos aseguran que “nunca antes se habían visto trigos así en los últimos 16 años de seguimiento”.
Las condiciones climáticas resultaron determinantes. Las lluvias otoñales generaron buenas reservas de humedad en los suelos, y las precipitaciones de julio y agosto —consideradas “inéditas” por su intensidad— permitieron un crecimiento excepcional del cereal. Con 6,9 millones de hectáreas sembradas, el país se prepara para una campaña que promete rendimientos récord en casi todas las provincias productoras.
En la región núcleo, donde se concentra una tercera parte de la producción nacional, los rindes base se ubican en torno a los 40 quintales por hectárea. Córdoba y Santa Fe también presentan panoramas alentadores, con proyecciones de 35,5 y 37,8 quintales respectivamente. En Entre Ríos, el SIBER destacó que la proporción de lotes en condición “muy buena” duplica a la del año pasado, y prevé un rendimiento promedio de 32 quintales por hectárea.
El norte argentino muestra mejoras significativas: en Chaco y Santiago del Estero podrían alcanzarse entre 20 y 23 quintales, cifras muy superiores al promedio histórico. Solo Buenos Aires aparece como la excepción, afectada por los excesos hídricos que anegaron más de 210.000 hectáreas. Aun así, la provincia sigue liderando las proyecciones con un promedio de 39,7 quintales por hectárea y una producción estimada en 9,26 millones de toneladas.
La BCR calculó un rendimiento promedio nacional de 35,4 quintales por hectárea, lo que permitiría superar los 20 millones de toneladas consideradas como un escenario normal. Sin embargo, el informe advirtió que “el sector cruza los dedos”, ya que el trigo es un cultivo vulnerable a las heladas tardías y a los “sopletes”, pulsos de aire caliente que pueden afectar el llenado del grano.
A pesar de esos riesgos, el optimismo domina en el sector. La combinación de clima favorable, tecnología aplicada y mejoras en el manejo del suelo ofrece una oportunidad histórica para el agro argentino, que podría cerrar el año con una producción triguera sin precedentes.