Tras el paso por la TV, Ámbar Carrizzo, la voz de Gualeguaychú, busca consolidar su camino

Después de su paso por La Voz Argentina, Ámbar Carrizzo todavía procesa la revolución que significó verse en la televisión nacional y cantar frente a millones de espectadores. “Lo que más valoro es el aprendizaje. Dejé todo arriba de los escenarios y me llevo un montón de cosas que no voy a olvidar jamás”, cuenta en diálogo con EL ARGENTINO.

Con apenas 20 años, Ámbar sabe que ahora el desafío es capitalizar lo vivido. “El certamen me dejó sobre todo mucho aprendizaje: trabajar con coaches profesionales, compartir con compañeros muy talentosos y entender la disciplina que exige la música. Yo venía manejándome sola, de manera amateur, y ahí aprendí a concentrarme más en la cuestión del estudio y en la organización de mi carrera”.

Uno de los mayores logros que la cantante destaca es el vínculo con la audiencia: “No es un público masivo de millones, pero siento que es fiel. Me escriben todos los días, me piden canciones nuevas, me comentan cosas. Creo que es un público que me va a acompañar a largo plazo, y eso es lo que más quería”.

Aunque admite que tenía la ambición de llegar más lejos dentro del programa, asegura que se siente satisfecha con lo conseguido: “En un punto todos los participantes éramos muy buenos. Yo agradezco el foco que me dio La Voz y el cariño con el que me despidieron”.

La semana decisiva

Uno de los momentos más intensos fue el Knockout contra Pablo Cuello, compañero de su mismo equipo. “Yo intuía que me iba a enfrentar con él porque tenía una voz muy particular y un gran apoyo en redes. Sabía que iba a ser un duelo difícil. Pero mi interpretación de Una bossa más, de Zoe Gotusso, me dejó muy conforme. Para muchos el resultado podría haber sido otro, pero entiendo que es un programa de televisión y que también pesan otros factores”.

Sobre este punto, el certamen mostró un show particular entre Pablo Cuello y el cantante Chaqueño Palavecino, que se sumó a una especie de dueto entre ambos, por la particular voz grave del joven cantante. Algo que antes de saberse el resultado, inclinó un poco la balanza.

Más allá del resultado, Ámbar se queda con la relación que construyó en la cocina del certamen: “Me pone contenta que me haya ganado él, porque fue muy buen compañero y siempre respetuoso. En este tipo de competencias pasan cosas feas entre bambalinas, pero con Pablo fue todo lo contrario”.

La eliminación, lejos de ser un golpe, le abrió nuevas oportunidades: “Obviamente me hubiera encantado seguir, pero mientras más rápido saliera, más rápido podía ponerme a trabajar en mi música. Si seguía, había restricciones contractuales que me hubieran impedido sacar temas durante meses. Entonces lo vi como una ventaja”.

El nuevo proyecto: un disco conceptual

Con esa libertad, Ámbar ya trabaja en lo que será su primer disco solista. “Las canciones están compuestas y estamos en mitad del proceso de grabación y producción. Es un proyecto conceptual, con una historia detrás. Me gustaría incluso grabarle un corto y fusionar lo que estudio con la música. Me inspiran artistas como Taylor Swift o Gustavo Cerati, que hacen obras con un sentido integral”.

En cuanto al estilo, su identidad está marcada: “Voy por el rock pop, pero también hay cosas experimentales. Tomo referencias de Bocanada o Amor Amarillo, de Cerati, y también de bandas como The Smiths. Quiero que sea un disco pensado especialmente para mujeres jóvenes, para hablar de experiencias, emociones y vivencias que nos atraviesan”.

El objetivo inmediato es cerrar el disco y presentar el material en vivo: “Queremos organizar una fecha previa al lanzamiento, con un show que tenga escenografía, vestuario e historia. No quiero que sea solo un recital, sino una experiencia. Estoy muy entusiasmada”.

Muy decidida y con las ideas claras, Ámbar Carrizzo no solo brilló en el escenario de La Voz Argentina, sino que también se animó a mostrarle algunas de sus canciones propias a Ale Sergi, líder de Miranda!, quien le dio su aprobación. Hoy, con un público que la respalda y un disco en camino, la joven cantante de Gualeguaychú comienza a trazar su propio recorrido en la música. “Siento que este álbum no es solo para mí, sino para todas las chicas de mi edad. Es un cuento que quiero compartir”, afirma.

Una banda consolidada

En este camino, la cantante no está sola. “Mi banda es un rejunte de músicos increíbles que me adoptaron. Son muy profesionales, mucho más grandes que yo, y se sumaron a ayudarme en este proyecto. Estoy muy agradecida porque son todos muy talentosos. Si alguien es medio pelo en el grupo, esa soy yo”, dice entre risas.

Ámbar reconoce que todavía no cuenta con un representante formal, pero sí con apoyos clave: su amiga Serena, que la acompaña en cuestiones artísticas, y su madre, Eliana, que es uno de sus pilares fundamentales. “Cuando no me animo, están ellas. Todavía me cuesta perder la timidez en algunos aspectos, pero de a poco me voy soltando”.

En la nota que EL ARGENTINO publicó días atrás, su mamá recordaba los primeros pasos artísticos de su hija y cómo desde chica mostró esa vocación por el canto. Las dos apostaron fuerte para que Ámbar siguiera por sus sueños, y hoy el camino se está dando. Ellas dejaron de vivir en Gualeguauchú y se mudaron a Buenos Aires, para que Ámbar pudiera estudiar actuación y seguir con el canto. Ahora, esa historia familiar sigue siendo un sostén en este nuevo desafío profesional que explotó con La Voz, y ahora sigue con su proyecto propio artístico que está al caer.

Entre el cariño y las rarezas de la exposición

La masividad de la televisión también trajo situaciones inesperadas. “Me sorprendió la cantidad de mensajes que recibí. Algunos hermosos, otros muy raros. Una mujer me escribió que yo le recordaba a su hija fallecida y me mandó fotos. Me quedé con eso en la cabeza. Es fuerte, porque al estar tan expuesta recibís de todo. Hay que tener cuidado, pero lo vengo llevando bien”.