Redacción EL ARGENTINO
A fines de abril llegó a su fin una historia que tuvo con cierta preocupación a la sociedad de Gualeguaychú porque una joven de 23 años faltaba de su casa. Si bien la joven ya era mayor de edad, había cierta preocupación en su familia por la pareja que tenía: un hombre de 51 años que tenía su actividad laboral en la zona del delta entrerriano.
Con el correr de la investigación se estableció que este hombre, identificado como Diego Francisconi, había abusado de una niña de 12 años, que era familiar directa de la joven de 23 años que tenía como pareja y fue por ese delito que este miércoles se realizó un juicio abreviado en los Tribunales de Gualeguaychú y se logró condenarlo a 7 años y 6 meses de prisión que cumplirá en la Unidad Penal 9.
No es una historia de amor
El 18 de abril se realizó la denuncia por la desaparición de Rosario González. La joven dejó la casa de sus padres en calle Cecilia Grierson y se dirigió al sur entrerriano para estar junto a Francisconi. Eran novios desde que ella tenía 16 años y desde los 17 vivían una relación de convivencia. Primeramente, lo hicieron en Villa Paranacito, pero luego, y tras un gran esfuerzo de la familia de Rosario, se logró que la pareja viniera a Gualeguaychú en 2021. Se les construyó un dúplex en el barrio Pitter y allí vivieron hasta que a mediados de abril se desató una discusión entre ambos.
El hombre fue abordado por la joven sobre el abuso de una menor de edad que habría cometido y tras ello el sujeto abandonó la casa, pero días después Rosario viajó a Ibicuy para encontrarse nuevamente con Francisconi y fue su familia la que decidió denunciar todo lo ocurrido, preocupados por la integridad de la joven.
Finalmente, el 26 de abril fueron localizados en un campo de la zona de Punta Caballo, en cercanías a Ceibas. Fue gracias al trabajo de investigación que hizo la Policía a través de la triangulación de antenas de telefonía celular, debido a que el hombre mantuvo una serie de comunicaciones a través de su móvil.
Pero fue su joven pareja, Rosario González, la que decidió defenderlo a través de los mismos medios públicos que se hicieron eco de la desesperada búsqueda de su familia y de la existencia de la denuncia por el abuso sexual de la menor de edad. “Yo en ningún momento fui secuestrada ni obligada a irme con nadie”; y aseguró que esa denuncia la realizó bajo presión, obligada por sus familiares.
Francisconi fue indagado y se abstuvo de declarar. Posteriormente se realizó la audiencia de prisión preventiva, por la imputación de abuso sexual de una menor con acceso carnal reiterado, y el juez de Garantías, Tobías Podestá, dictaminó que el hombre permaneciera detenido en la Jefatura Departamental por un plazo de 90 días mientras avanzaba la investigación.
Esa prisión preventiva luego se transformó en un arresto domiciliario que Francisconi cumplió en una iglesia evangélica hasta la realización de este juicio abreviado que se desarrolló en la mañana de este miércoles y se acordó una pena de prisión efectiva por 7 años y medio, que ya comenzó a cumplir en la cárcel de Gualeguaychú.