Por Luciano Peralta
En lo que va del año, seis integrantes de la fuerza policial entrerriana se quitaron la vida. La última fue Eloisa Holotte, de 35 años, quien se disparó con su arma reglamentaria frente al edificio del 911 de Paraná. Luego, trascendieron otras situaciones de gravedad, como el intento de suicidio de una integrante de la fuerza de 24 años, en Concordia, el domingo pasado.
Esta situación puso sobre la mesa una realidad de la que no se suele hablar: las condiciones laborales de la fuerza, los bajos salarios y el padecimiento mental al que están expuestos sus integrantes.
Paula Martínez es comisaria principal y psicóloga de la Policía de Entre Ríos. En diálogo con EL ARGENTINO, indicó que hace años viene desarrollando charlas de salud mental para integrantes de la fuerza y apuntó a la necesidad de “aprender a pedir ayuda” cuando se la necesita.
“Las características de nuestro trabajo llevan a un estrés especial, porque se trabaja con el dolor del otro, por los horarios, los recargos y algunas cuestiones relacionales. Sin embargo, si tengo que hacer un análisis de las últimas cuestiones que hemos vivido, no están relacionadas con cuestiones laborales”, aseguró Martínez sobre los suicidios en la provincia de Entre Ríos que vienen siendo noticia.
En esta línea, la profesional fue mucho más allá de los límites de la fuerza que integra: “muchísimos jóvenes están tomando estas determinaciones porque existe muy baja tolerancia a la frustración. La mayoría están vinculadas a cuestiones amorosas, cuando rompen con un vínculo se les termina la vida y deja de tener sentido”.
“No le quito importancia a un montón de cuestiones que tienen que ver con nuestro trabajo y afectan negativamente, pero también es cierto que quien entra a la Policía sabe a qué se expone, sabe los horarios que tiene, sabe cómo se trabaja. Es como ingresar a Gendarmería y pretender que no lo trasladen a otra parte del país. Hay características que son parte de la fuerza y que uno se tiene que adaptar”, aseguró quien, después de años de ejercer la función policial “en la calle”, se recibió de licenciada en Psicología y ejerce ese rol en la fuerza desde 2005.
“Hay un error muy común en creer que si un agente policial va al psicólogo a pedir ayuda se le va a sacar el arma inmediatamente, y esto no es cierto”, aseguró la profesional. Al tiempo que diferenció los problemas generales de cualquier funcionario de los de “mucha gravedad”, como puede ser un pensamiento suicida.
El tema de la retención del arma por problemas psicológicos no es menor en la fuerza. De hecho, el propio ministro de Seguridad, Néstor Roncaglia, dijo que, ante la actual situación, se evalúa quitar esa disposición y dejarla vigente solo para las situaciones de extrema gravedad.
“Lo que sucede es que el agente al que le retiran su arma deja de cobrar el plus por Seguridad y se le complica llegar a fin de mes”, expuso, en este sentido, Alfredo Basín, integrante de la Asociación Profesional de Policías de Entre Ríos (Apropoler).
“El suicidio ha pasado a ser la principal muerte entre las policías provinciales, no so-lamente las de Entre Ríos. El otro día se dio el caso de un policía de la Federal que se suicidó en Misiones. Hoy, en Entre Ríos hay un Estado ausente, sin políticas de prevención del suicidio y el Departamento de Sanidad, los médicos, no se animan a decir que tanto los suicidios como las tentativas están relacionadas al padecimiento de burnout en la fuerza”, aseguró el policía retirado.
“Hoy la Policía está precarizada en todo sentido, los sueldos son bajos y las condiciones de trabajo son malas. El ministro Roncaglia publicó en su Instagram que el sueldo de un agente que recién ingresa a la fuerza es de $1.080, estimamos que el ministro quiso exponer lo que cobra un agente en bruto, porque a eso hay que descontarle un 25% de aportes, con lo que está recibiendo en mano cerca de $700.000”, cuestionó el referente de Apropoler.
Precarización laboral
Por otro lado, además de hablar de “sueldos de pobreza e indigencia, ya que la canasta básica está arriba de un millón de pesos”, Basín aseguró que los policías salen a la calle sin las herramientas necesarias para cuidar la vida de los demás y para cuidar su propia vida.
“Los chalecos antibalas, por ejemplo, son dados a los grupos de élite o al personal de alto riesgo. Después, a la mayoría del personal que sale a la calle en la patrulla común la vas a ver sin el chaleco antibalas correspondiente, lo mismo al que está en un puesto de parada en la zona del centro. Y la realidad es que no sabes cuándo un asaltante va a disparar”, cuestionó el funcionario retirado. Al tiempo que citó un procedimiento en Concordia, denunciado por la asociación, donde “se puede ver a quince efectivos ingresando a una villa sin el chaleco antibala correspondiente, ni el casco balístico”.
Por otro lado, se refirió a las horas de trabajo en funciones. Por reglamento, en la Policía se trabaja 24 horas por 48 de descanso. Pero, “siempre se tiene que hacer horas adicionales para que el sueldo alcance” y “muchas veces esos adicionales no se pagan, como pasa en el (ex) Iosper de Gualeguaychú y en el Casino, donde todavía adeudan esas horas”.
“¿Cómo hace ese policía mentalmente para sobrellevar la situación? Cuando trabajó gratis tanto tiempo, cuando tiene que pagar la tarjeta, cuando tiene que pagar el estudio del nene, y esos adicionales no se lo pagan, aunque ya los tiene trabajado”, expuso.
Avances y limitaciones presupuestarias
Respecto a las herramientas con las que cuenta la Policía entrerriana para abordar la salud mental de sus integrantes, Martínez no evadió la realidad y expuso que las limitaciones son presupuestarias. Contó que en la actualidad son 24 los licenciados en psicología que trabajan en la fuerza y que no hay profesionales en todos los departamentos.
Por otro lado, más allá de las charlas que lleva a cabo, en el marco del proyecto de su autoría denominado “Cuidando los Nuestros”, remarcó que existe asistencia telefónica las 24 horas para asistir cualquier situación de urgencia, de emergencia, y realizar asesoramiento a los jefes.
En esta línea, una de las acciones que generó la noticia de los suicidios en la Policía entrerriana fue la decisión del ministro de Seguridad y Justicia, Néstor Roncaglia, quien dispuso que se otorguen las licencias anuales obligatorias al personal policial.
A través de sus redes sociales, el ministro difundió la resolución 0225/25, por la cual resolvió “disponer con carácter obligatorio el otorgamiento de la totalidad de las licencias anuales ordinarias al personal policial correspondiente al año calendario”.
En declaraciones periodísticas, el propio Roncaglia expresó: “Hay que hacerle entender al policía que reconocer que tiene un problema de depresión o ansiedad no es síntoma de debilidad. Al contrario, tiene que estar bien físicamente, intelectualmente y neurológicamente para cumplir la misión”.
Burnout y principio de sacrificio
Sabina Frederic es antropóloga, especialista en el estudio de las fuerzas de seguridad en Argentina y ex ministra de Seguridad de la Nación. En diálogo con EL ARGENTINO, consultada para este informe, expresó: “Existe una tendencia a que este grupo profesional padezca problemas psíquicos. Algunos, no se puede decir que los genere la actividad, pero sí los puede potenciar. Hay gente que por el nivel de estrés que tiene la actividad termina con problemas serios que afectan la salud mental y física, muchas personas con lo que se llama burnout”.
“En la época que estamos atravesando la situación empeora. Hay condiciones salaria-les que, como en general en todos los empleados del Estado, y no sólo del Estado, se fueron deteriorando. Entonces, las obras sociales funcionan pésimo, la gente que tiene enfermedades no se puede atender como corresponde y los retirados están más complicados que los que están activos. Entonces, eso deteriora la salud psíquica, no necesariamente porque se tenga un problema de base, pero toda esa precarización, después de haber dado mucho de tu vida a la institución, termina siendo detonador de dolencias mentales, depresiones, etcétera”, puntualizó Frederic.
“En general, los integrantes de las fuerzas tienen un apego a la institución que está sostenido en la idea del sacrificio. La institución pide que se de todo y muchos de sus integrantes lo toman. Ese principio de sacrificio ha venido colisionando con otras formas de pensar la relación a la actividad policial. Hay un capítulo en mi libro, La Gendarmería desde adentro, que está dedicado a eso, a cómo cambió el contrato de subordinación entre los gendarmes”, indicó la ex ministra de Seguridad de la Nación. Y apuntó a esa “ruptura” entre la vieja idea del “sacrificio” y otras concepciones actuales.
En este sentido, precisó: “Hay quienes entienden su participación en las fuerzas como una participación que toma toda su vida y todo su tiempo, y otros que ya no. Y esos otros, en general, tienen niveles de salud mental más compatibles con una actividad profesional policial”.
Por último, consultada por su paso por el Estado central (2019-2021), Frederic indicó: “Yo conduje a las cuatro fuerzas federales en pandemia, con casi el 20% licenciado por comorbilidades. No puedo decir cómo ellos quedaron, pero lo que sí puedo decir es que a veces los casos de violencia estatal de las fuerzas de seguridad están vinculados con ciertos quiebres individuales y colectivos de los que la conducción política no se hace responsable”.
Cada uno con sus matices, todos los testimonios dan cuenta de una realidad: la salud mental en las fuerzas de seguridad es un problema que no es nuevo y necesita mayor atención, herramientas y presupuesto por parte del Estado, en este caso del Estado entrerriano, del que depende la Policía de Entre Ríos. La buena voluntad o la declaración de intenciones no alcanzan cuando no se destinan recursos. El problema es grande y complejo, y es necesario reconocerlo en esa complejidad. De no ser así, la realidad seguirá imponiéndose y las medidas adoptadas seguirán llegando tarde.
Personal de la fuerza que se ha quitado la vida en ER durante el 2025
1) 10/1 María Luciana Núñez (30 años) - Concepción del Uruguay
2) 18/2 Natalia Ruiz Moreno (39 años) - Nogoyá
3) 26/6 Nicolás Alejandro Gervasoni (26 años) - Crespo (oriundo de Bovril)
4) 4/7 Víctor Ernesto Taborda (28 años) - Ruta Prov. 39 (zona río Gualeguay)
5) 6/7 Agustín Monzón (29 años) - Alcaráz (Ruta Nac. 127)
6) 5/8 Eloisa Holotte (35 años) - Paraná
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