El 21 de octubre la Escuela Secundaria N° 12 “Luis Clavarino”, conocida popularmente como el Nacional, cumplió 110 años de vida. Su historia está profundamente ligada al desarrollo educativo y cultural de Gualeguaychú, y su imponente edificio sigue siendo un símbolo del compromiso con la enseñanza y el progreso local.

El edificio más antiguo del establecimiento fue construido en 1910 y perteneció a don Luis Clavarino. Tras su fallecimiento, su esposa, Malvina Seguí, decidió donar la propiedad para que allí funcionara el Colegio Nacional, con la condición de que llevara el nombre de su esposo. Años más tarde, se anexó el edificio lindero, diseñado con tipología escolar.

En diálogo con EL ARGENTINO, la profesora de Biología Adriana Sosa, docente de la institución y exalumna, compartió su vínculo afectivo con la escuela y repasó parte de su historia.

“Está en el corazón de la ciudad y es una institución referente. El edificio en sí mismo tiene un patrimonio cultural muy fuerte y valioso. Muchos turistas se detienen en la vereda para sacarle fotos, porque es muy pintoresco”, contó.

Sosa recordó que la construcción original data de 1910. “Dar clases en este lugar es una belleza. Yo fui alumna y me recibí en 2001. Más de diez años después volví como docente. Hoy, tras la restauración finalizada en 2022, se aprecia mucho más su valor arquitectónico”, relató.

La docente destacó además el trabajo que viene realizando en torno a la historia del colegio. “Tengo todo mi corazón puesto en esta escuela. Empecé a investigar por mi cuenta cómo se llegó a fundar. Me gusta la investigación, así que fui a la Biblioteca Magnasco a buscar diarios de 1915. Luis Clavarino y Malvina Seguí eran personas muy visionarias, comprometidas con el progreso de la ciudad, que en aquel momento todavía era un pueblo”, explicó.

Durante el último mes, alumnos y alumnas trabajaron en diferentes proyectos vinculados a los 110 años del colegio. “Los chicos se reengancharon con la historia. Realizamos varios trabajos para conocer mejor este lugar y su valor educativo y cultural”, señaló.

En ese sentido, resaltó el papel de Malvina Seguí: “No era una mujer más de su época. Se destacaba porque acompañaba a Clavarino en todas sus iniciativas y tenía un rol activo en la sociedad”.

Entre las actividades desarrolladas, los estudiantes investigaron sobre la historia del edificio, la arquitectura y también sobre la vida de sus fundadores. “El colegio está lleno de objetos antiguos que datan de comienzos del siglo XX, desde pupitres antiguos, elementos de laboratorio, a un piano de cola, entre tantas otras cosas. Según los registros, la construcción tiene una arquitectura ecléctica. En su ornamentación abundan las rosas, tanto en balcones y cornisas como en el hall principal”, describió Sosa.

La docente también contó detalles del mirador del edificio, un espacio que se conserva en excelente estado. “Subís al último piso y salís a una terraza. Desde allí se accede al mirador por una escalera caracol de hierro forjado, original de la época. Desde arriba se ve todo, es como un panóptico. Luis Clavarino lo utilizaba justamente para observar, ya que en aquel entonces había muy pocas construcciones alrededor. Desde allí alcanzaba a ver la Villa Malvina, su casa de fin de semana”, relató.

La celebración por los 110 años se llevó a cabo este martes, con la participación de autoridades educativas, docentes, alumnos y exalumnos. “Vimos que a los chicos les encantó conocer esta historia de amor, de donación y de compromiso con la educación. Algunos decían: ‘Ellos no tuvieron hijos, pero donaron su casa para una escuela y al final tuvieron muchos hijos, que somos todos los que pasamos por acá’. Es una historia hermosa que sigue viva en cada generación”, concluyó Sosa.