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Economías regionales: Son seis las actividades que están en rojo y con un futuro incierto

El semáforo de las economías regionales volvió a encender señales de alerta. En comparación con el mes anterior se observaron desmejoras, ya que dos actividades cambiaron de categoría, destacándose los casos de algodón, peras y manzanas, que mostraron retrocesos.

Domingo, 16 de Noviembre de 2025, 6:15
Buena cosecha de papa con precios muy bajos

Por Sandra Insaurralde

David Miazzo, economista argentino especializado en el sector agroindustrial fue el encargo de analizar la nueva situación del semáforo de las economías regionales. Con una trayectoria que incluye su paso como Economista Jefe de la Fundación FADA y su actual rol al frente de la consultora DATA Miazzo, se ha convertido en una voz de referencia en el análisis de las economías regionales. En diálogo con EL ARGENTINO, Miazzo explicó que “de las 19 actividades relevadas, seis actividades están en rojo, ocho en amarillo y cinco en verde”.

 

El semáforo de economías regionales es una herramienta técnica de Coninagro y cuenta con la colaboración de Miazzo. La misma monitorea actividades productivas del agro y las clasifica en tres colores: verde, amarillo y rojo: “El indicador se construye a partir de tres componentes: el de negocios (precios y costos), el productivo y el de mercado (exportaciones, importaciones y consumo interno)” afirmo el profesional.

 

 

David Miazzo economista argentino especializado en el sector agroindustrial

 

Componente de negocios muy complicado

 

En el último relevamiento, seis actividades quedaron en rojo: yerba mate, arroz, papa, vino mosto, hortalizas y algodón. Este último se incorporó recientemente debido a la caída de precios nominales durante el último año y a una baja del 15% en la producción respecto de la campaña previa. “Las actividades en rojo muestran un componente de negocios muy complicado, donde los precios evolucionan por debajo de los costos y de la inflación”, dijo Miazzo a EL ARGENTINO.

 

Según la Cámara Algodonera Argentina, la actividad atraviesa “el peor año en décadas”, con precios que crecieron apenas un 10% interanual frente a una inflación del 31,8%, lo que implica una pérdida real de más del 20% en el poder adquisitivo. Además, la campaña 2024/25 cerró con una merma del 15% en la producción.

 

Desde la Cámara Algodonera Argentina, su presidente, Carlos Almiroty, hizo referencia a este contexto: “ La actividad está atravesando un contexto de fuertes pérdidas productivas, precios atrasados y un mercado interno desbordado por la importación de fibra. La sequía, el estrés térmico y la suba de los costos llevaron a que los rindes promedio se desplomaran hasta 400 kilos de fibra por hectárea, cuando en un año normal rondan los 700”.

 

El caso de la papa y la yerba mate es paradigmático: una buena producción durante gran parte del último año se encontró con una demanda que no reaccionó en la misma proporción, lo que terminó deprimiendo los precios. Es la doble cara del agro argentino: mientras algunos sectores exportadores logran sostenerse, gran parte de las economías regionales se hunden en pérdidas constantes.

 

Alfredo Pereyra, presidente de la Federación Argentina de Productores de Papa, explicó la difícil situación que atraviesa el sector, con precios bajos y costos elevados. Según Pereyra, aunque este año la cosecha fue abundante, los precios han caído a niveles tan bajos que los productores se encuentran trabajando a pérdida. “El productor está pasando un momento malo de precios, hemos tenido una muy buena cosecha de papa, pero los precios son muy bajos, lo cual hace que estemos trabajando a pérdida.”

 

El algodón pasó de amarillo a rojo

Situación de la producción en amarillo

 

En amarillo se ubican ocho actividades, entre ellas forestal, miel, maní, tabaco, cítricos dulces, peras y manzanas. Estas últimas habían estado en verde el mes pasado, pero volvieron al amarillo por malos datos de precios al productor. “La volatilidad es otro rasgo de estas economías: un mes pueden mostrar señales de recuperación y al siguiente retroceder por factores de mercado o por la falta de políticas de apoyo”, comentó Miazzo.

 

José Carbonell, presidente de Federcitrus explicó que el sector atraviesa un escenario complejo pero esperanzador: “Las economías productivas sufrieron bajo una gran carga impositiva, elevados costos y falta de rentabilidad, lo que llevó a un achicamiento del sector y la caída de las exportaciones”. Desde la entidad citrícola mencionaron que: “El total de cítricos frescos exportados en esta campaña se ubicará por encima de las 310.000 ton, lo que muestra una recuperación con respecto al 2024 y 2023, cuando los volúmenes fueron inferiores a las 300.000 ton. Pero aún hay un largo camino por andar, para alcanzar las 350.000-400.000 ton, habituales hace algunos años”.

 

 

El verde para las carnes y granos

 

Finalmente, cinco actividades se encuentran en verde: bovinos, porcinos, ovinos, aves y granos. En gran medida, las carnes han mostrado un mejor comportamiento en términos de precios respecto de la inflación, impulsadas por una restricción de oferta que ayuda a sostener la demanda y por buenos precios internacionales. En el caso de los granos, la mejora se explica por el repunte de precios internacionales, la baja de retenciones desde julio y la eliminación temporal en septiembre, además de un tipo de cambio más favorable para las exportaciones.

 

La producción aviar muestra un panorama de luces y sombras pero con un saldo positivo. Los productores recibieron en septiembre valores que, aunque reflejaron una baja en el pollo, se compensaron con una fuerte suba en los huevos. La estabilidad en la producción —más de dos millones de toneladas de carne y más de mil millones de huevos en el último año— garantiza abastecimiento, mientras que el consumo interno sigue creciendo: cada argentino come hoy un kilo más de pollo que el año pasado. A pesar de que las exportaciones retrocedieron y las importaciones avanzaron, el mercado interno sostiene la actividad y permite que el sector se mantenga en verde.

 

La carne vacuna también se ubica en la zona positiva del semáforo. Los precios del novillo y del ternero aumentaron un 45% en un año, superando a la inflación y dando aire a los productores. Aunque el stock de animales se redujo levemente, la producción creció y el consumo interno mostró una suba, consolidando la presencia de la carne en la mesa de los argentinos. El mercado externo, además, traccionó con fuerza: las exportaciones crecieron más del 40% y se convirtieron en un motor clave para sostener la rentabilidad. Por eso, pese a las tensiones de costos y a la caída del stock, el sector bovino se mantiene en verde, respaldado por precios firmes y demanda sostenida.

 

 

El semáforo más allá de la herramienta técnica

 

El semáforo, más allá de su carácter técnico, expone una realidad política y social. La necesidad de políticas diferenciadas que contemplen la diversidad productiva del país es evidente. No es lo mismo producir granos para exportación que sostener una economía regional que depende del mercado interno y del empleo local.

 

Sin un abordaje integral, las producciones en rojo corren el riesgo de profundizar su crisis, afectando empleo, arraigo y desarrollo territorial. El semáforo de Coninagro se convierte así en una radiografía mensual de las desigualdades sectoriales del agro argentino.

 

La persistencia del rojo en productos como el vino, la papa o la yerba mate refleja que detrás de cada cifra hay productores, trabajadores y comunidades enteras que dependen de estas actividades. La falta de rentabilidad no es un dato técnico, es una amenaza concreta para el tejido social y económico de vastas regiones del país.

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