La Cámara de Diputados intentará este miércoles avanzar con dos sesiones impulsadas por la oposición para interpelar a tres de los funcionarios más influyentes del Gobierno nacional: el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo; la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el ministro de Salud, Mario Lugones. Sin embargo, el escenario político anticipa un fracaso casi seguro por la falta de quórum y la resistencia de los convocados a presentarse.

La primera sesión, prevista para las 12, tiene como objetivo exigirle a Caputo explicaciones sobre presuntas negociaciones del Ejecutivo con Estados Unidos para obtener un blindaje financiero. La citación, promovida por Unión por la Patria y aprobada por 131 votos, se suma a los reiterados llamados anteriores que el ministro ignoró, incluso para defender los proyectos de Presupuesto 2025 y 2026.

Aunque el titular del Palacio de Hacienda regresó esta mañana de su viaje a Washington junto a la comitiva presidencial, nadie espera que se siente en el recinto. “No tiene ninguna intención de asistir al Congreso”, admitieron incluso en filas opositoras, que recuerdan la inexistencia de sanciones en la Constitución para quienes incumplen este tipo de citaciones.

A las 14, la oposición prevé otra sesión para interpelar a Karina Milei y a Mario Lugones, a raíz del escándalo por presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad. El caso involucra a Diego Spagnuolo, ex titular del organismo, quien habría adjudicado contratos millonarios a la empresa Suizo Argentina a cambio de retornos ilegales.

El artículo 71 de la Constitución habilita a las Cámaras a “hacer venir a su sala a los ministros del Poder Ejecutivo”, aunque el oficialismo podría argumentar que Milei, pese a tener rango ministerial, no está obligada a comparecer.

El presidente de la Cámara, Martín Menem, ya anticipó que exigirá el quórum reglamentario para habilitar las sesiones, lo que complica aún más el panorama. A tan pocos días de las elecciones generales, muchos diputados aliados a gobernadores evitarán viajar a Buenos Aires, y desde la oposición admiten señales de que algunos mandatarios provinciales estarían retirando apoyo a la convocatoria.

El resultado previsible es una jornada sin quórum y sin interpelaciones, que vuelve a poner en evidencia la dificultad del Congreso para controlar a un Poder Ejecutivo que ha hecho de la ausencia legislativa un signo distintivo de gestión.