Por Mónica Farabello
La concentración se realizó en 25 de Mayo y Rocamora, para luego marchar hacia las puertas de la Municipalidad. El encuentro tuvo como eje central la defensa de los derechos de niños, jóvenes y adultos con discapacidad y el pedido de respuestas concretas al Estado.
Una de las primeras oradoras fue una madre que compartió su experiencia y sus reclamos: “Hoy estamos todos unidos por una misma causa, que es la discapacidad. Yo, como mamá de un hijo discapacitado, lo estoy viviendo en carne propia, así que me siento agradecida de poder estar acá y a todos los que estemos acompañando por esta misma lucha”, expresó.
La mujer, dijo “representar a muchos” y planteó con firmeza las contradicciones de la política pública actual y la falta de respuestas del Estado frente a la situación de precariedad del sector. “Hasta hace un tiempo pensábamos qué hacer para que nos vean, para que nos escuchen. Hoy muchos nos vieron, escucharon y saben que estamos en lucha y en emergencia. Quizá ahora es más complejo, porque aún sabiendo de la vulnerabilidad y precarización que compartimos con otras poblaciones, nos dicen que no somos prioridad, nos dicen que la prioridad es pagar deudas, que la prioridad es no hacer ese gasto que es mayor al ingreso”, sostuvo.
En su intervención, cuestionó la lógica de mercado aplicada a los derechos sociales y la falta de equidad en las políticas públicas. “¿Es responsabilidad del mercado? ¿Será que para poder seguir andando hay que ser capaz de competir y producir lo suficiente para lograr el título de digno? ¿Será que la niñez, el adulto mayor, las personas con alguna enfermedad, discapacidad o con algún modo diverso al del modelo que dicen debemos encajar no tiene lugar si no genera suficientes ganancias para competir? ¿Contra quién? ¿Para quién? ¿Cuándo es suficiente? ¿Cuánto? ¿Será que todos partimos desde el mismo lugar en la carrera de oportunidades? Parecería que no”.
También subrayó el rol que debe tener el Estado como garante de la justicia y la equidad. “Por eso el Estado es quien debe generar, administrar, garantizar equidad, justicia frente a las adversidades en el lugar de partida o durante ese andar en el camino. ¿Cómo no hablar de política si es la herramienta social, si tiene el fin de generar un bien común y para todos?”, leyó ante los presentes.
El texto, atribuido a Fernanda Viduci, incluyó una fuerte crítica a las decisiones económicas que, según las familias, afectan directamente a los sectores más vulnerables. “Hace siglos, era común que quien no era competente para el mercado era prescindible, apartado, escondido o sacrificado. Parece una aberración, pero hoy, con algún mínimo de sutileza y con otros discursos, las acciones tienen similitudes: muchos quedan afuera del sistema”, remarcó.
También se describió la situación de deterioro que atraviesa el sistema de atención a la discapacidad. “Con varios meses de atraso, aranceles congelados desde hace un año. En el 2024 el aumento escalonado fue septiembre el 1%, octubre el 1%, noviembre el 0,8% y diciembre el 0,5%.
No hubo más actualizaciones y un sinnúmero de papeleos y pagos de impuestos, entre otras exigencias. Los valores son irrisorios: los de la sucesión, el litro de nafta para transportistas o las horas de cuidadores o acompañantes terapéuticos. 24.000 pesos y el pago mensual a trabajadores con discapacidad en los talleres, suspensión de pensiones y programas de salud. Y no hubo una auditoría que los justifique. Hoy tenemos que hablar de crueldad, de abandono de persona, porque se niegan derechos básicos una y otra vez. No se puede ser indiferente”.
Entre los presentes, el sentimiento compartido fue el de agotamiento frente a la falta de políticas inclusivas sostenidas. “No recuerdo haber llegado antes a este extremo, estamos cansados, angustiados y sin saber qué más hacer. No se puede esperar la promesa de campaña una y otra vez, nos dicen: no hay plata”, sostuvo otra participante.
El reclamo se centró en la necesidad de que las leyes ya vigentes sean efectivamente aplicadas. “Si bien no es muy largo lo que tenemos para decir, porque la realidad es bien conocida y aplastante, estamos acá porque creemos en una Argentina inclusiva, con lugar para todos. Marchamos por nuestros hijos e hijas, porque queremos un país donde puedan crecer libres, felices y con oportunidades reales. Porque no queremos seguir pidiendo lo que ya está escrito. Hoy contamos con muchas leyes, queremos que se cumplan”, expresó otra de las voceras.
En tanto, el grupo TGD Padres TEA insistieron en que se apruebe y reglamente una ley de emergencia en discapacidad, que permita, según dijeron, “paliar mínimamente las necesidades del colectivo”. También reclamaron mejores condiciones en salud, educación y empleo con apoyo, destacando el rol de las escuelas inclusivas. “En las escuelas se ve todos los días cuánto pueden lograr los alumnos si se les dan las oportunidades. La discapacidad no limita, limitan las barreras. Y las barreras se derriban con accesibilidad, formación, respeto y apoyos. En fin, con empatía”.
El pedido incluyó medidas concretas para garantizar la participación plena de las personas con discapacidad. “Marchamos por el derecho de los jóvenes con discapacidad a estudiar, trabajar, moverse y participar. Para esto se necesitan rampas, intérpretes, apoyos y oportunidades. Porque jóvenes y adultos con discapacidad quieren ser parte, no punto aparte. Porque la inclusión no es caridad, limosna o regalito, es un principio de justicia”, sostuvieron.
Con firmeza, los oradores remarcaron que los derechos no deben ser negociables. “Creemos que los derechos no se negocian, se garantizan. Y decimos, como en la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que tiene rango constitucional, nada sobre nosotros sin nosotros”.
El acto culminó con un mensaje esperanzador, pero también con la advertencia de que el reclamo continuará hasta obtener respuestas. “La discapacidad no se recorta, se acompaña. La discapacidad no se excluye, se abraza. La detección temprana, la escolaridad, la formación laboral y el empleo con apoyo, la salud, son un derecho. Por eso creemos que la discapacidad es responsabilidad de todos”.