Redacción EL ARGENTINO
¿Todos los votantes saben cómo se usa la BUP? ¿Se garantizó la capacitación suficiente para autoridades de mesa? ¿Qué pasa con los adultos mayores o personas con baja alfabetización que enfrentan una boleta con siete fuerzas, múltiples candidatos y casilleros pequeños?
Daiana, autoridad de mesa en la Escuela Gervasio Méndez, se preparó con cursos online para evitar errores y poder explicar el sistema a los votantes. “Es diferente esta vez, por eso estudié bastante. Me parece más ordenado y con menos desperdicio de papel, pero lo importante es que la gente lo entienda”, señaló a EL ARGENTINO.
Cambios en el sistema
La BUP no utiliza sobres y cada boleta está firmada por la presidenta o presidente de mesa. “Si el votante se equivoca, se le puede dar otra boleta para que pueda emitir su voto. Lo ideal es que no se equivoquen: si hay más de dos marcas, el voto no es válido y si se marca fuera de los cuadraditos, el voto es nulo, también”, explicó Daiana, quien también compartió videos explicativos en redes para ayudar a la comunidad.
En medio de rumores y desinformación, Daiana se mantiene firme: “Vi un video que decía que la tinta desaparecía, pero no me consta. Me parece que son fantasmas de las redes. Lo importante es que la gente sepa cómo votar y que lo haga tranquila”. Sobre estos elementos de votación, aclaró: “Son biromes comunes las que nos dieron. Igual la gente puede traer su propia birome. Hay pocas disponibles, así que se les pide que las devuelvan”.
Daiana también advirtió que para personas mayores, acostumbradas al sistema anterior, la BUP puede resultar engorrosa. “A lo mejor les cuesta más, pero supongo que ya están al tanto. Hay que explicarles bien. Nosotros podemos ayudar desde la mesa”, comentó.
EL ARGENTINO, también dialogó con Mónica, presidenta de una de las mesas de la Escuela Gervasio Méndez, y compartió su mirada: “La gente está muy informada. No se sorprenden al ver la boleta única ni al notar que no hay cuarto oscuro. Preguntan, sí, pero votan con tranquilidad”. Incluso destacó el caso de una señora de 91 años que llegó feliz y votó sin inconvenientes.
Según Mónica, los adultos mayores no tuvieron dificultades para marcar la boleta. “Solo un señor se confundió con el casillero, pero lo resolvimos enseguida. La mayoría viene con información previa, y eso ayuda mucho”, explicó. También nota que algunos votantes se fijan con atención en la cabina y la urna, pensando que todo cambió, pero aclaró: “Nosotros les indicamos bien, y entienden perfectamente”.
Sobre la dinámica de la jornada, Mónica observa que el nuevo sistema agiliza el paso a paso. “Una señora dijo que parecía el truco, que marcás con la birome y listo. Les resulta más fácil. Ojalá podamos cerrar más temprano que otras veces”, desearon las autoridades y los fiscales.
Tanto Daiana como Mónica coinciden en que la capacitación previa fue clave. “Nos sentimos seguras, la organización de la escuela es buena. Eso da confianza”, afirmó Mónica.
¿Mejorará el escrutinio?
Además, destaca que el nuevo sistema permite un recuento más ágil: “Somos tres en la mesa, dos auxiliares y una presidenta. Creo que para las diez vamos a tener todo listo, no como antes que terminamos a las dos de la mañana en algunos casos. El conteo se organiza distinto: la presidenta controla las boletas y la auxiliar las va marcando”.
Daiana también reflexiona sobre el impacto ambiental del nuevo formato: “Siempre veía que se desperdiciaba mucho papel en las elecciones. Esta vez es más acotado, más beneficioso en ese sentido”. En Gualeguaychú, la jornada electoral no solo se mide en votos, sino en gestos de compromiso. Desde quienes caminan temprano hasta las escuelas, hasta quienes se capacitan para garantizar transparencia, la democracia se construye con participación, paciencia y convicción.